1 de julio
En el día en que se celebra en Argentina a quienes ejercemos las arquitecturas aprovechamos para cuestionar ¿por qué las matriculas de colegios e instituciones que regulan el ejercicio profesional nos obligan a identificarnos exclusivamente en clave binaria?
Sin mediar preguntas, reproduciendo el sexo asignado en el DNI, asumiendo esa designación compulsiva como la identidad propia y sin atender el derecho que, además, garantiza la Ley Nacional 26743 de Identidad de Género, los espacios institucionales nos estampan al sexo asignado al nacer como género y regulan lo binario como único destino.
Vamos a seguir ejerciendo las arquitecturas desde nuestras poderosas, revolucionarias y cuestionadoras miradas pero queremos además poder elegir que la documentación nos represente plenamente.
Queremos ejercer cuirs, no binarixs, maricas, disidentes, lesbianas, fluides y queremos también poder cancelar el casillero. Que sí, que lo queremos todo... ¿Por qué incomoda el pedido?
Hagamos el ejercicio de "invertir la carga": ¿Por qué no? ... ¿Por qué seguir negando las inequidades?
Porque toda identificación es política y sólo así visibilizamos esas formas diversas de hacer arquitecturas, las encuestas nos representarían, los aportes corresponderían con nuestros nombres.
Queremos que las, les y los trans y travestis accedan a la educación superior y puedan ejercer como colegas. Ya hay referentas/es que dan cuenta de que la única diferencia la hace el CIStema al negar oportunidades. / Aprovechando invitamos a ver @canela_lapelicula
Y queremos también corrernos de todos los espacios estancos pero eso no invalida que mientras nos seguimos preguntando:
¿Qué es trabajar?
¿Qué es "ejercer" la arquitectura?
Quienes tenemos el privilegio de trabajar y el deseo de hacerlo, deberíamos poder acceder a una matrícula y registración que nos represente.
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